
Luego de una petición sometida por grupos de conservación de la vida marina en Puerto Rico, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre anunció que, está considerando designar hábitat de anidación para el tinglar (Dermochelys coriacea) en Puerto Rico como zona crítica protegida bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción. El hábitat revisado protegería tres importantes playas de anidación de tinglares en Puerto Rico, además de incluir otras playas alrededor de la isla.
La decisión, conocida como una evaluación de 90 días, es el primer paso procesal hacia la protección de playas de anidación en Playa California, en Maunabo, Playa Tres Hermanos, en Añasco y Playa Grande, en Arecibo.
El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre ahora deberá llevar a cabo una revisión cabal de la mejor ciencia disponible previo a determinar si incrementar las protecciones de hábitat bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
Amigos de las Tortugas Marinas, Vida Marina Center for Conservation and Ecological Restoration, Yo Amo el Tinglar, y el Centro para la Diversidad Biológica sometieron la petición en febrero del 2024.
“Luego de 25 años de trabajo arduo y colaboración comunitaria para proteger al tinglar y a Playa California en Maunabo, nos enorgullece que el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre haya reconocido la importancia de esta playa para la especie. Estamos profundamente agradecidos con todos los voluntarios que han trabajado con nosotros a través de los años. Este logro pertenece a todos ustedes. Gracias particulares al Centro para la Diversidad Biológica, a Carlos Diez del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, y la doctora Jessica Castro por su apoyo tan valioso”, dijo Luis Crespo, presidente de Amigos de las Tortugas Marinas y coordinador de país de WIDECAST Puerto Rico.
“Estamos emocionados por ver al Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre reconocer la importancia de nuestras playas de anidación para el tinglar. Esta consideración para hábitat crítico de anidación es crucial para la protección de estas especies protegidas en Añasco y demás áreas”, expresó Mariela Muñoz, directora del Centro de Restauración Ecológica y Conservación Costera Vida Marina de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla.
“Estamos dedicados a mejorar nuestros esfuerzos de conservación y a colaborar con la comunidad para asegurar que estos hábitats imprescindibles sean preservados para las futuras generaciones. Estamos muy agradecidos por este adelanto en el proceso y confiamos en que jugará un papel clave para asegurar la protección y el bienestar de las playas involucradas”, dijo Myrna Concepción, líder de proyecto del Comité Arecibeño por la Conservación de las Tortugas Marinas, conocido como “Yo Amo el Tinglar”.
Por su parte, Carlos E. Diez, coordinador del Proyecto de Tortugas Marinas en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, reconoció la labor de los grupos comunitarios en la Isla, resaltando la vulnerabilidad de los hábitat ante la destrucción ambiental que enfrenta el País.
“Por más de 10 años, Yo Amo el Tinglar, ha estado recopilando datos en distintas playas de anidación y Playa Grande, siempre ha sido la más utilizada por los tinglares. Sin embargo, es también la más vulnerable ahora mismo a la pérdida de hábitat por la venta de terrenos colindantes y la destrucción del ambiente. Por eso valoramos enormemente la decisión del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de comenzar una revisión del estado biológico y considerar la revisión del hábitat crítico. Reconocemos la importancia de someter información adicional durante este proceso y con mucho gusto aportaremos todos los datos relevantes que puedan respaldar los esfuerzos de la agencia”, explicó el funcionario.
“Estamos felices que el gobierno federal de los EE.UU. reconozca la importancia de estas playas de anidación para los tinglares y esté dispuesto a proveer protección adicional al considerarlas parte del hábitat crítico”, dijo el portavoz del Grupo Especialista en Tortugas Marinas del IUCN.
“Esta acción nos alienta a todos a continuar nuestra gestión y esfuerzos de conservación para ayudar en la recuperación de esta especie en peligro de extinción. Designar las playas de anidación más importantes para los tinglares en Puerto Rico como hábitat protegido sería un paso clave hacia la recuperación de esta especie en peligro de extinción”, dijo Jessica Castro, Ph. D., excoordinadora de conservación del Caribe en la Asociación Nacional de Refugio de Vida Silvestre, contribuyente a la petición.
“Estoy emocionada por que el Servicio vaya a considerar proteger más playas de anidación para tinglares en el Caribe”, afirmó Elise Bennett, Directora de Florida y el Caribe y abogada para el Centro de Diversidad Biológica.
Para asegurar un futuro para estas enormes tortugas, su hábitat más importante en Puerto Rico debe ser protegido. Los tinglares son las tortugas más grandes en el mundo, que incluso, coexistieron con los dinosaurios. Son una especie altamente migratoria, viajando miles de millas al año y pueden sumergirse a grandes profundidades a casi 4,000 pies.
Los tinglares han estado federalmente protegidos desde el 1970. Están amenazados por las capturas incidentales en redes de pesca, las capturas directas, la destrucción de su hábitat, la contaminación oceánica, los impactos por embarcaciones y por el cambio climático. Un estudio científico federal reciente sobre los tinglares concluyó que todas las siete poblaciones distintas de tinglares a través del mundo permanecen en peligro de extinción.
El tinglar actualmente tiene designado hábitat terrestre crítico solo en un estrecho de playa en Sandy Point, Santa Cruz, en las Islas Vírgenes de EE. UU. y hábitat marino crítico en las aguas cercanas a Sandy Point en el Océano Atlántico Norte y en las aguas cercanas a las costas de California, Oregon y Washington en el Océano Pacífico.
Puerto Rico, Florida y las Islas Vírgenes de EE. UU. contienen las playas de anidación más importantes para los tinglares dentro de la jurisdicción estadounidense. Especies con hábitat crítico federalmente designado y protegido son más de dos veces más propensas a recuperarse que especies sin esta designación. La Ley de las Especies en Peligro de Extinción requiere que las agencias federales se cercioren de que cualquier actividad que estas autoricen no destruyan ni dañen áreas esenciales para la supervivencia de plantas y animales en peligro de extinción.
Amigos de las Tortugas Marinas es una organización comunitaria local que ha estudiado, monitoreado y protegido tortugas marinas en el sureste de Puerto Rico por más de dos décadas. El Centro de Restauración Ecológica y Conservación Costera Vida Marina de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla se enfoca en la restauración ecológica, conservación y manejo de ecosistemas costeros, plantas endémicas y tortugas marinas.
El Comité Arecibeño por la Conservación de las Tortugas Marinas “Yo Amo el Tinglar” es otra organización comunitaria que ha monitoreado y protegido tortugas marinas en la costa norte de Puerto Rico por más de una década.
El Centro para la Diversidad Biológica es una organización nacional sin fines de lucro de conservación ambiental con más de 1.8 millones de miembros y activistas dedicados a la protección de especies en peligro de extinción y espacios silvestres.